domingo, 9 de mayo de 2010

Sentado esperaba el golpe asesino o quizás la bala trapera atravesando su nuca, temblaba su cuerpo y el corazón en disconformes latidos le hacia doler el pecho, pero nada llego, ni el golpe ni la bala, les gano el miedo… sentado con los ojos abiertos pero muertos, parecía mirar a sus supuestos asesinos.

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